jun 14, 2014 // Álvaro Serrano // 0 // 106 Views

El octavo disco de The Black Keys, Turn Blue (2014), presenta un sonido menos comercial y exitoso que en sus dos anteriores álbums.

El caso de The Black Keys es un caso extraño en el rock actual. No es la típica banda que con sus primeros discos toca el cielo del éxito, el dinero y la fama. De hecho, sus primeros trabajos pasaron casi desapercibidos y no alcanzaron el éxito de ventas hasta cumplir 10 años de carrera musical con Brothers (2010) y El Camino (2011), su sexto y séptimo disco respectivamente. A diferencia de otras bandas, Dan Auerbach (voz y guitarra) y Patrick Carney (batería), nunca han renunciado a su estilo ni se han subido al carro de lo comercial. Siempre han creído en su rock bluesero con altas influencias del soul. Ahora, después de alcanzar la cima, presentan un nuevo Lp en el que es difícil encontrar hits que garanticen ventas desorbitadas como Tighten Up o Lonely Boy. La gran diferencia, es que ahora The Black Keys son mundialmente conocidos y su nuevo trabajo, por poco comercial que sea, por fin se apreciará:

Fever- The Black Keys

Desde los primeros acordes de acústica de The Weight Of Love se nota que The Black Keys pondrán difícil la búsqueda de temazos comerciales. 6:50 de rock  semi-instrumental plagado de solos de eléctrica interminables abren el álbum de forma pensativa, calmada y la vez rabiosa:

The Weight Of Love – The Black Keys

La espiral en la que envuelve Turn Blue (2014) se sirve en ocasiones de sonidos muy influenciados por el soul como en Turn Blue, 10 Lovers y In Our Prime. En otras, como en Bullet in The Brain (su melodía recuerda al Dark Side of The Moon de Pink Floyd) y Waiting On Words, Auerbach y Carney utilizan sonidos del rock setentero en los que prevalece lo instrumental. Es en la atrevida y descarada It’s Up To You Now, uno de los mejores temas, donde The Black Keys ponen algo de ritmo al asunto, comparable a otros temazos de la banda como Next Girl:

It’s Up To You Now – The Black Keys

In Time  y Year In Review siguen mostrado la pura esencia con denominación The Black Keys con pegadizos riffs y estribillos con melodías poderosas y agraciadas. En general, este octavo disco de los norteamericanos llega al notable si se escucha sin tener en cuenta sus dos anteriores trabajos. Puede dejar con mal sabor de boca si no se hace de esta forma. No obstante, siempre quedan el single Fever y la animada Gotta Get Away (con fuertes influencias del rock-folk norteamericano) si se quieren encontrar esos temazos tan deseados:

Gotta Get Away – The Black Keys