jun 19, 2014 // Álvaro Serrano // 0 // 89 Views

La pobre eliminación de España ante Chile supone el final de la época más gloriosa de la selección.

Se veía venir, aunque nadie quisiera verlo. La época más dorada de la selección española ha llegado a su fin de una forma decepcionante, desganada y dolorosa. Ayer, en el espléndido estadio Maracaná,  por si quedaba poco claro después del 5-1 recibido ante Holanda, se confirmó aquello de que España se ha vuelto humana y vulnerable. Chile, tan guerrera y motivada como una cita mundialística requiere, hizo de verdugo y no tuvo piedad ante el recién derrocado rey del mundo. El áurea divina que otrora tenían futbolistas como Iniesta o Casillas no apareció, el tiqui-taca dio escasas señales de vida y las ganas y la actitud de la mayor parte de los futbolistas españoles dejó mucho que desear. Quizás, eso fue lo que más dolió, ver que unos jugadores que han dado tanto se resignaran a claudicar y entregaran las armas tan pronto.

La mayoría sabíamos que este momento llegaría. Toda época y todo imperio tiene su fin. Es algo natural. Pero sí que esperábamos una expiración más heroica, digna del nivel que estos jugadores han regalado al mundo en aquellos años que ahora parecen tan lejanos.

¿Fin o transición?

Fuera de señalar individualidades (esta eliminación ha sido de grupo y no debido a jugadores en concreto), dos de las claves principales de la eliminación de España han sido el cansancio y la falta de motivación. De sobra es conocida por todos la exhausta temporada que han tenido Atlético de Madrid, Real Madrid y Barcelona, columna vertebral de la selección. Este factor, unido a la dificultad para estimular la moral de un grupo que lo ha ganado todo, ha sido letal para el equipo. Lo que queda claro es que una renovación es necesaria.

Muchos, creen que Brasil 2014 supone el final de la hegemonía española hasta dentro de mucho: es muy difícil que vuelvan a existir otros jugadores como Xavi, Iniesta, X. Alonso, Casillas o Villa y el tiqui-taca finalizará sin esta columna vertebral.

Otros, algo más optimistas y esperanzadores, hablan de ‘Mundial de transición’. Es cierto que no volveremos a tener jugadores como aquellos y puede que el tiqui-taca no vuelva a ser nuestra personalidad, pero Thiago, Carvajal, Azpilicueta,  Deulofeu, Koke o Jesé piden paso y, que no se nos olvide, otros futbolistas como Ramos, Piqué, Silva, Pedro, Costa o Fábregas aún tienen muchos años de buen fútbol por regalar.

El golpe ha sido duro pero, igual que hay muchos factores negativos, aún quedan motivos para levantarse.

Los Días Raros - Vetusta Morla