may 20, 2014 // Álvaro Serrano // 0 // 181 Views

Analizamos una Liga atlética que ha terminado con el bipartidismo Real Madrid-Barcelona y que se ha cobrado las víctimas de Osasuna, Valladolid y Betis en el descenso.

La Liga más disputada de los últimos años ha llegado a su final. Y finalmente el campeón ha sido el que más lo merece si se analiza el campeonato partido a partido. Pero el triunfo del Atlético de Madrid ha sido toda una sorpresa para una Primera División bipartidista que gobernaban Real Madrid y Barcelona desde el año 2005. La gesta de Simeone y los suyos ha escrito un nuevo capítulo en un campeonato que estas temporadas de atrás ya comenzaba a ser un tanto aburrido en la lucha en la zona más elitista de la tabla. La victoria del ‘cholismo’ es algo muy positivo para el fútbol.

No obstante, este año esa lucha fue casi inexistente en el 4º puesto. La seriedad, el buen juego y la tenacidad han sido los fieles acompañantes de un Athletic de Bilbao que pronto  dejó sin opciones de Champions a un Sevilla venido a más y al que le ha faltado tiempo para demostrar todo su potencial. No supo hacer demasiado bien los deberes la Real Sociedad (7º), exhausta,  que en el último suspiro fue adelantada por el recién ascendido Villarreal (6º).

Y es que Europa pesa, y al final pasa factura. El ejemplo más claro este año está en el Betis (jugó Europa League), que cayó en el abismo del descenso demasiado pronto y, pese a los cambios de entrenador, no supo salir de ahí. Algo que, contrariamente, ha conseguido un Rayo Vallecano que olía a segunda allá por enero y que se levantó de forma épica siguiendo fiel al estilo de buen juego en el que Paco Jémez confió desde el primer momento.

Otras revelaciones han sido el Celta de Luis Enrique y su grandilocuente segunda vuelta de torneo, y el Almería y el Elche, que ambos han conseguido mantenerse contra pronóstico gracias a la labor de equipo y de sus entrenadores.

Siguiendo el capítulo de decepciones (quitando obviamente las de Real Madrid y FC Barcelona), queda la mediocre temporada del Valencia, deshecho institucional y futbolísticamente, y el descenso de Valladolid y Osasuna, equipos acostumbrados a jugar con fuego durante toda la temporada y a los que tocará lidiar en el infierno de Segunda la próxima temporada.