jun 3, 2014 // Álvaro Serrano // 0 // 125 Views

Situados en la cumbre del pop, Coldplay lanza Ghost Stories (2014), un álbum que divide a la crítica y a seguidores.

En la música, como en todo, no es fácil llegar a lo más alto. Y Coldplay, después de casi 15 años de carrera y con cinco discos en el mercado, lo han conseguido varias veces. Tampoco es fácil mantenerse. Los británicos esta vez lo tendrán difícil si nos ceñimos a su recién estrenado sexto álbum de estudio, Ghost Stories (2014). Chris Martin y compañía, en el intento de contentar al mismo tiempo a la industria y al fan más fiel, han lanzado un disco dubitativo, en el que vuelven a sus inicios en forma de sonidos oscuros y melancólicos, pero a la vez siguen utilizando la fórmula que tanto éxito en ventas les ha dado en los últimos años. El resultado, aunque deja bastante que desear en conjunto, no sale del todo mal en algunas canciones:

Magic – Coldplay

El amor hechizado de la notable Magic fue el primer corte que Coldplay desvelaron: un bajo tenebrosos y una simple percusión (que no cambia mucho en todo el disco) dejan el camino preparado al cada vez más omnipresente Martin que, acompañado de unos bonitos arreglos de piano, lanza un mensaje optimista. Todo lo contrario a Midnight, el tema más depresivo y extraño del álbum, por momentos muy parecido (aunque no consigue acercarse mucho) a la cara más experimental de Radiohead:

Midnight – Coldplay

La temática de Ghost Stories gira en torno a la separación que han sufrido Chris Martin y la actriz Gwyneth Paltrow,  plasmando los diferentes estados de ánimo por los que el cantante ha pasado. De este modo, la melancolía brota en algunos temas como en la acústica Oceans (tienen caras B de hace años que me parecen mejores), en la aburrida y repetitiva Another’s Arms y en O, tema que cierra el trabajo de forma esperanzadora con el piano y la voz de Martin como principales protagonistas. Entre tanta nostalgia, surge A Sky Full of Stars, el nuevo hit bailable y comercial de Coldplay que, gracias a la producción del DJ sueco Avicii, seguro que este verano llenará muchas pistas de baile (pero entre canción y canción de Pitbull y Juan Magan):

A Sky Full of Stars – Coldplay

Es un tema hecho para vender, para contentar al gran público. No para alimentar a aquel grupo de fieles (cada disco que sacan más menguado) que ve ‘algo de diferente’ en la música de Coldplay. Para muchos (me incluyo) es una pena que se conviertan en esto. Pero no hay que caer en el error de juzgar el álbum por una sola canción: Always in my Head y su dulce estribillo abren de forma notable el álbum alisando el terreno a la encandiladora True Love, que rememora tiempos otrora mejores, y a Ink, una simpática balada que, pese a que recuerda en su inicio a los Backstreet Boys, otorga un toque de optimismo celestial a la depresión en la que ha caído Coldplay:

Ink – Coldplay