abr 22, 2014 // Álvaro Serrano // 0 // 36 Views

Join The Dots (2013), segundo álbum del quinteto británico Toy, en el que presentan de nuevo su progresiva y experimental psicodelia.

Toy es uno de esos grupos que suele atraer más a la crítica que al gran público. Una de esas bandas que, pese a que su música goza de una calidad poco común hoy en día, quedan demasiado alejados de la cultura musical más popular y alcanzan a sus fans en áreas de culto y rarezas. Si quedaba alguna duda de ello con su notable primer y homónimo álbum (Toy, 2012), su segundo trabajo, Join The Dots (2013), lo corrobora aún más. Encasillados dentro de los géneros de la psicodelia y el post-punk, este quinteto procedente de Brighton y nacido en 2010, supo ganarse la buena opinión de la prestigiosa NME gracias a temazos como Left Myself Behind, Lose My Way o Motoring (estos dos últimos pertenecientes a su primer álbum). Aún así, quedaron bastante lejos de los mejores puestos en las listas de ventas y no alcanzaron el punto mediático que siempre necesita una buena banda como trampolín. No obstante, apenas un año después, Toy volvieron a la carga con Join The Dots (2013).

Join The Dots es un álbum que se ha de escuchar con tiempo y al que se ha de dar más de una oportunidad (es un ‘grower’). Todas y cada una de las 11 canciones que lo componen sobrepasan los 4 minutos, por lo que (recomendación de la casa), toma asiento, busca una hora de tu tiempo libre y comienza a ‘unir los puntos’ que propone Toy en este nuevo trabajo:

Conductor – Toy

Conductor es la pieza que abre el álbum. Instrumental al completo, algo experimental y muy motivadora; tanto, que bien podría ser utilizada como banda sonora de una ‘peli’ en las escenas que aparecen los ‘tipos malos’. Del mismo corte  experimentalista y progresiva es la canción que da nombre al Lp, Join The Dots. Esta vez, la voz de Tom Dougall sí que ilustra este tema, que prepara poco a poco al oyente hasta llegar a un punto de eclosión alentador y un tanto místico:

Join The Dots – Toy

El comienzo del álbum queda cerrado con la psicodelia desganada de You Won’t Be The Same y las algo más animadas melodías de As We Turn y To A Death Unknown,  que resaltan en atractivos estribillos.

Con Endlessly, el post-punk comienza a tomar escena. Con ciertas influencias de Joy Division (sobretodo en la pieza de bajo), Toy utiliza un patrón muy propio del pop, con una melodía algo azucarada y algunos cortes de instrumentación exactos y propicios. Una de las joyas ocultas de este Join The Dots:

Endlessly – Toy

A decir verdad, el disco comienza a perder algo de fuelle en sus últimos cortes: Left To Wander se muestra como uno de los puntos más reflexivos y calmados, al igual que la balada Frozen Atmosphere, muy del rollo Tame Impala, con estribillo encandilador en melodía y descorazonador en letras.

Los parecidos al disco anterior (Toy-2012) se alcanzan con la inquieta Too Far Gone To Know y con Fall Out of Love, encargada de cerrar el disco de una forma desorbitante. Toma el relevo  de It’s Been So Long, otro de los grandes cortes de este Join The Dots. No es un disco que vaya a hacer historia, ni que haya vendido excesivas copias. Pero, si buscas escapar de la cotidianidad, la psicodelia inquieta que presenta Toy es una de las mejores medicinas para ello:

It’s Been So Long - Toy